Realme C71, análisis: si la gama de entrada es así, bienvenida sea. No me importa renunciar a todo lo demás

Realme C71, análisis: si la gama de entrada es así, bienvenida sea. No me importa renunciar a todo lo demás

Realme C71, análisis: si la gama de entrada es así, bienvenida sea. No me importa renunciar a todo lo demás

Partir por debajo de un presupuesto de 150 euros no es para nada una tarea sencilla. Realme lleva unos años atreviéndose con su serie ‘C’, unos móviles Android que reducen la expresión al mínimo para conjugar un conjunto solvente para el usuario que no quiere vaciar su bolsillo. He pasado unas semanas con este Realme C71 para comprobar hasta dónde llega la experiencia en su gama de entrada.

La firma china sabe moverse en la gama alta como demostró en su Realme GT7 Pro, también en la media con su serie numérica que ha dado frutos tan redonditos como el Realme 14 Pro+. Pero no es lo mismo en este rango de precio de la parte baja que, de salida, anuncia muchas concesiones y una pregunta: ¿En qué apartados merece la pena hacer un esfuerzo? Realme lo tiene claro. Te lo cuento.


Índice de Contenidos (8)

Ficha técnica del Realme C71

Realme C71

PANTALLA

Panel LCD de 6,67 pulgadas

Resolución HD+ (1.604 x 720 píxeles)

Refresco de 120 Hz

725 nits de brillo máximo

DIMENSIONES Y PESO

165,8 x 75,9 x 7,79 mm

196 gramos

PROCESADOR

UNISOC T7250

RAM

8 GB

RAM dinámica hasta 16 GB

ALMACENAMIENTO

256 GB

CÁMARA FRONTAL

5 MP, f/2,2

CÁMARA TRASERA

Principal de 50 MP, f/1,8

BATERÍA

6.000 mAh

Carga de 45 W

SISTEMA OPERATIVO

Android 15

CONECTIVIDAD

4G

WiFi AC

Bluetooth 5.2

NFC

USB-C

OTROS

Lector de huellas lateral

Pulse Light

Resistencia IP54

Jack de 3,5 mm

PRECIO

Desde 149 euros

Diseño sencillo, trasera familiar

No hace falta pagar mucho para tener un móvil bonito y, para ser exacto, uno muy bien construido. Obviamente, predomina el policarbonato, pero las sensaciones son de teléfono robusto y duradero. La firma china presume de ello con certificación militar, y aunque no se me ha caído, no transmite ese feeling de gama de entrada.

A ello ayuda una construcción “a la moda”: laterales planos con esquinas redondeadas que son el nexo entre la cara posterior y anterior. Si bien no se siente en mano como un móvil construido en aluminio, debo decir que usándolo con funda (incluida en el paquete original) no importa en absoluto. Además, aun teniendo un gran tamaño debido a su panel, tampoco resulta incómodo, son 196 gramos que, por así decirlo, parecen bien repartidos.

Respecto al Realme C61, es sensiblemente más corto, algo que mejora la ergonomía. En su contra, es algo más ancho (apenas lo notarán las manos pequeñas) y un poco más grueso, esto último son buenas noticias aunque puedan no parecerlo (spoiler: batería). En sus laterales, nada de sorpresas: un derecho reservado a una botonera, para mí, demasiado plana. Un inferior interrumpido por varios elementos y un lado izquierdo reservado para la bandeja para tarjetas SIM.

En su trasera destaca un módulo de cámara suave con una forma familiar. Dos cámaras y un anillo LED que recupera una vieja esencia de Android: el LED de notificaciones. Realme ha querido dotar a este terminal de un indicador luminoso para avisos como batería completa o llamadas entrantes. Al estar en la trasera, lo cierto es que no lo he mirado demasiadas veces, pero ahí está.

El Pulse Light del Realme C71 se puede configurar para una amplia variedad de situaciones: batería baja, notificaciones, llamadas…

Ahora sí, me voy al frontal para hablar de una pantalla grande rodeada de biseles que vuelven a identificar el precio de este terminal. Tiene una barbilla inferior asimétrica con el marco superior, y unos laterales mejor aprovechados. La sensación “todo pantalla” no es como en smartphones más caros. Espero que poco a poco sea posible conforme los procesos avancen.

Realme ha cambiado del recorte en forma de gota a lo más “norma” en la actualidad: uno circular en el que se aloja la cámara frontal.

Una experiencia multimedia justita

Sigo en el frontal de este Realme C71 para comentar un panel que, personalmente, se me hace grande. Nada que ver con este teléfono en particular, similar a su predecesor con 6,67 pulgadas. Una pantalla que no está mal, no obstante, es uno de los apartados donde se nota el presupuesto en el que se mueve. Resolución HD+, 120 hercios, tecnología IPS… las especificaciones no suenan a novedad, y en la práctica, sin ser un mal panel, no proporciona una experiencia demasiado satisfactoria.

Ángulos de visión poco generosos, extremos superior e inferior que se oscurecen (como también alrededor de la cámara frontal), y unos blancos que amarillean. Tampoco se podía pedir mucho más, pero al menos goza de una buena calibración y bastará para los usuarios menos exigentes. Hay que reconocer que chirría ver esta resolución, y que se echa en falta para la mayoría de escenarios.

Por otro lado, sin quejas del brillo máximo, suficiente para verla bajo la sombra en el sur de España, aunque puede quedarse corto porque son solo 725 nits. Y en su software, Realme permite elegir un par de opciones para elegir el modo de color.

Lo habitual para ajustarlo al gusto, como también añade la función de «Confort Visual», que me encanta para leer en la cama por la noche. De extra, Realme pone un potenciador de color para vídeo, que ensalza levemente los colores, haciéndolos más saturados.

¿Tiene algún problema grave la pantalla? La verdad es que no, con las excepciones de la baja resolución y una tasa de fotogramas que no suele sostenerse en todos los momentos, aunque esto depende del chip.

Como la mayoría de smartphones en los últimos tiempos, el Realme C71 viene con un protector de pantalla preinstalado, algo que se agradece. No me olvido mencionar que este económico móvil no posee un cristal protector de Corning ni ninguna de las alternativas. En mi caso, cero problemas con el protector que venía.

Realme ha puesto un único altavoz en este teléfono, una decisión que lo limita mucho para la reproducción multimedia: me ha apetecido más de lo normal vincularme a mi altavoz Nest cuando escucho música en casa. Sonido mono, “enlatado”  y con graves ausentes. Bien para enterarte de llamadas y notificaciones, eso sí, por un muy alto volumen que la marca denomina como “ultravolumen”.

Por eso no lo he usado en el sofá para ver, por ejemplo, un capítulo de una serie o un vídeo largo de YouTube. Para eso, he debido tirar de mis auriculares inalámbricos donde la experiencia cambia, como es natural. Nada de códecs de Qualcomm, en mi caso sin demasiada importancia, cumple con SBC y AAC.

Ojo que aquí tenemos un móvil con jack de auriculares en una toma de 3,5mm. Seguro que muchos lo agradecerán, nunca está de más para los que prefieren una conexión por cable. La firma china pone en el software su «OReality Audio», una suerte de ecualizador que he mantenido en su modo «Inteligente». Hay algo de diferencia al desactivarlo, pero es muy sutil, así que el aporte es justito.

Biometría

Cuenta con un sensor de huellas en el botón de encendido y reconocimiento facial vía cámara frontal

Debido a la naturaleza de su pantalla que acabo de describir, este Android no lleva sensor de huellas en el frontal. A la vieja usanza, hay que poner el dedo sobre el botón de desbloqueo para validar la información dactilar. Personalmente, me gusta sentir el tacto del botón al poner mi dedo, algo baladí pero, en definitiva, sensaciones que han ido cambiando y ahora solo encontramos en la gama de entrada.

Sin problemas con él, funciona rápido y fiable, incluso con dedos húmedos. Hay que ser muy preciso, eso sí: recomiendo el viejo truco de registrar varias huellas, pues mejora su comportamiento.

El reconocimiento facial no es seguro: como la mayoría de Android no tiene un sensor dedicado. Pero es un alivio para no usar la huella

Tampoco falla en el desbloqueo facial, siendo este un método menos seguro. Utiliza la cámara frontal para un reconocimiento muy rápido, pero que peca igual que la inmensa mayoría de Android: cuando la luz cae, se echa en falta un sensor dedicado.

Lo cierto es que bajo mi uso quedó reservado para aquellos momentos en los que sujeté el teléfono con la mano izquierda (la que menos uso y no registro en la huella). Cuando hay luz y la cámara reconoce bien mi rostro, es lo más ágil para un vistazo rápido al móvil. Así que, nada mal combinar ambos métodos, porque en esencia, uso uno u otro de una manera muy natural.

Eficiente como él solo

Cada vez que me toca revisar un chip de Unisoc, mayoritariamente dirigidos a la gama de entrada, me pongo en lo peor. No ha sido tan dramático esta vez con el Unisoc T7250, uno fabricado en un proceso de 12 nm que, sin embargo, es súper eficiente. ¿Su rendimiento? Decente, gracias a un software aligerado del que hablaré más tarde.

Las animaciones del sistema se muestran sin florituras, a la mínima expresión. Eso ayuda a no ver demasiados tirones en ellas, aunque también deja sensación de Android antiguo. Es una decisión acertada, porque de lo contrario la experiencia de usuario sería peor. Así que, no hay que pedirle mucho a un procesador enfocado en la eficiencia: con varias instalaciones de Play Store empieza a mostrar algunos síntomas de sus límites.

De igual manera, manejar varias apps a la vez hace sufrir a este Realme C71, a pesar de tener mucha holgura con la RAM: 8 GB en la unidad cedida. De nuevo, culpa de la CPU, con ocho núcleos dedicados a consumir lo mínimo posible. Esto se aprecia de mejor manera en los benchmarks que tradicionalmente aplicamos: así queda frente a sus rivales.

realme c71

realme c67

xiaomi redmi 14c

Motorola Moto G55 5G

procesador

UNISOC T7250

Qualcomm Snapdragon 685

MediaTek Helio G81 Ultra

MediaTek Dimensity 7025

ram

8 GB

8 GB

8 GB

8 GB

geekbench 6.0 (single / multi)

437 / 1.471

474 / 1.588

413 / 1.411

1.020/ 2.424

3D MARK Wild Life Unlimited

568

No se pudo ejecutar

604

No se pudo ejecutar

PCMARK WORK

9.177

7.391

9.474

13.169

Que el chip consuma poco implica también poco calor. Solo hará acto de presencia al exigirle con juegos exigentes en lo gráfico, ahí llega a notarse sin ser alarmante. Tampoco abusa del throttling como cabría pensar, dado su bajo rendimiento.

¿A qué se puede jugar con esta GPU? Imposible pensar que esta Mali G57 MP1 pueda llegar muy lejos. Pues sí, sin sorpresas: no cumple los requisitos de ‘Fortnite’ y en otros como ‘Genshin Impact’ se puede jugar pero con muchas concesiones gráficas. De hecho, en este segundo, no he pasado demasiado tiempo: la resolución es muy baja y los dientes de sierra abundan, así como unos FPS que no pasan de los 25-30.

Una batería enorme y un software poco fino

Especial énfasis en este apartado, donde el Realme C71 se luce casi como ninguno. ¿Qué ocurre si ponemos una batería de 6.000 mAh en un chip eficiente y una pantalla de menos resolución? Que la autonomía se dispara. Realme ha dado el salto a las baterías de silicio-carbono capaces de aumentar la densidad energética, algo que se agradece y que les otorga una ventaja competitiva.

En este modelo se desconoce si responde a este avance como sí lo fue en el Realme GT7 Pro. Sea como sea, hacía años que no disfrutaba de una autonomía así: me ha durado cuatro días que he estado fuera de casa y usando menos el móvil. En reposo, es un mecherito. Siete horas de pantalla activa en muchas horas de uso, y aun así lo puse a cargar con algo menos de un 15%.

Obviamente, sí es fácil agotar esta batería antes. Con la vuelta a casa y a mi uso habitual, la cosa cambia: veo una hora de YouTube al día, hago unas cuantas llamadas de varios minutos, escucho música, navego por Internet y apps, e hice algunas de las fotos para este análisis. Con una rutina de este tipo, he llegado a las ocho horas de pantalla activa en algo más de día y medio de autonomía total.

Vamos, lo que viene siendo un auténtico lujazo. Por si fuese poco, el móvil soporta carga rápida de 45 W, que sin ser la más rápida, permite darle una carga exprés de pocos minutos que otorgará muchas horas de autonomía. Ahora bien, en rellenarse esta pila interna sí que se toma un buen tiempo: tarda algo más de una hora. Eso sí, con lo eficiente que es el teléfono, una carga de 20 minutos da para bastantes horas de uso.

No me llevé ninguna sorpresa al abrir su caja: en este presupuesto con tan poco margen, Realme prescinde, como es natural, del cargador. Es algo a lo que ya me he acostumbrado, y no los extraño teniendo varios en el cajón.

Enorme batería y decente carga rápida. Este Realme C71 no deja tirado a mitad del día

Hablar de Realme es hablar de Realme UI, una capa que se diferencia de ColorOS de Oppo, y se acerca más a esa experiencia Android de Google. Retoques por aquí y por allá, lo cierto es que este Realme C71 apuesta por un Realme UI recortado respecto al resto de móviles del portfolio de la firma china.

Eso implica, como comenté anteriormente, ver unas animaciones menos vistosas, pero ideales para el hardware modesto de este smartphone. Aunque también significa algunos bugs visuales: imposible leer notificaciones cuando el acceso rápido al reproductor multimedia aparece en modo horizontal, una barra lateral de volumen que no indica el nivel actual… No llega al nivel de lo que vi en el Realme C67, tampoco parece que se haya pulido la experiencia.

Si bien este Realme UI “minimizado” responde bien, me queda un sabor agridulce. Eso sí, para ser honesto, he de decir que incluye muchísimas opciones de utilidad: tres modos para mejorar el táctil cuando se usan guantes o se mete el móvil en una bolsa impermeable, acciones rápidas tocando el sensor de huellas, mejoras de imagen para la reproducción de vídeos, y un largo etcétera. No se llega a sentir sobrecargado, a pesar de que sus ajustes esconden mucho más que otras capas.

Un software de Realme, que por cierto, enmascara a Android 15. No será un dispositivo para disfrutar de muchas actualizaciones, pero por ahora su parche de seguridad es reciente (julio de 2025). Realme UI pierde las animaciones y transiciones de Android y justo ahora que Google está añadiendo el gesto predictivo de “volver atrás”, queda raro cómo este se interrumpe.

Nada de la IA de Realme que está incorporando en la gama alta, así que hay que conformarse con la de Google: Gemini, si bien funciona un poco lento, estará siempre presente en su versión de asistente. También otras funciones como ‘Rodea para buscar’ están disponibles. De nuevo, con un rendimiento por debajo de lo visto en otros móviles.

Sin embargo, el mayor problema de este teléfono es la cantidad de bloatware que trae al sacarlo de la caja. Son varias decenas de aplicaciones de compras, juegos desconocidos y otras redundantes que llenan la memoria interna. Suerte que se pueden desinstalar, pero es bastante molesto que en un móvil tan limitado se añada tanto bloatware.

Todo a los 50 megapíxeles

Últimamente, me encuentro ante móviles que empiezan a dejar de presumir de chorrocientos sensores, cuando muchos de ellos tienen una única cámara aprovechable. En el caso del Realme C71, su módulo de cámaras muestra hasta tres circunferencias.

Pero que no nos engañen: monta dos sensores y lentes muy distintas entre sí. La última de estas interrupciones en el módulo hace hueco al anillo LED exclusivo de este modelo.

Y de hecho, solo se puede usar una. Se trata de un gran angular de 50 megapíxeles, apertura f/1.8 y una focal equivalente a 27 mm. En el frontal, una escueta cámara de 5 megapíxeles con muy poco recorrido como veremos más adelante. Como puedes estar imaginando, la que acompaña a la cámara principal es un sensor enfocado en el modo retrato.

Sorpresa encontrar un modo «Pro» en la gama de entrada. Aunque sea con limitaciones por parte de la lente y ausencia de captura en RAW

Como acostumbro, me permito un inciso para mencionar la aplicación de cámara de Realme, una familiar vengas del fabricante que vengas. Navegación por pestañas, la presencia del modo «Calle» habitual en la firma china, y un apartado de opciones adicionales con un modo de alta resolución, panorámica y cámara lenta.

Y lo más sorprendente: un modo ‘Pro’ nada típico en la gama de entrada. No lanza en RAW y el propio hardware fotográfico limita aspectos como el tiempo de exposición, pero ahí está.

Ahora sí, me ciño a los resultados que me ha dado esta solitaria cámara de 50 megapíxeles. De día, cumplidora sin mucho de lo que presumir: rango dinámico sostenido, sobreexposición de altas luces en algunas situaciones y una nitidez de sobra para fotos puntuales o de redes sociales. Presenta mucha variación entre el día y la noche, y es que, como era de esperar, es un sensor económico que sufre más que el resto la ausencia de luz.

El nivel de detalle no está nada mal en fotos diurnas, la verdad. Dependiendo de la escena puede fallar en las luces, como venía comentando, pero resuelve bien la mayoría de veces.

Disparo modo automático

En otros teléfonos, tirar a la resolución máxima del sensor ayuda a percibir mejor el detalle cuando sea necesario un recorte digital. Lo cierto es que este Realme C71 no se inmuta, seleccione uno u otro, con un procesado casi idéntico y un nivel de detalle que va por el mismo camino.

Apenas se nota en la nitidez el uso del modo de resolución completa

Si la marca nos pone un acceso directo al zoom digital x2 (recordemos que no hay teleobjetivo) invita a usarlo. Y nada mal, a pesar de una pérdida sensible de nitidez, pero se aprecia la alta resolución en estos casos. ¿Lo usaría en cualquier situación en lugar de los 50 MP? Pues la verdad es que sí, o al menos siempre que no necesites una imagen muy clara porque acusa de sharpening.

Disparo 2x y recorte

Ya lo avisaba anteriormente: de noche, la falta de estabilizador hace que tanto en el modo foto como en el modo noche, cualquier movimiento sea fatal. Además, el acuarelado que aplica en las partes más lejanas denota que nos movemos en la gama de entrada. No le sienta bien la noche, no. Tampoco quiere decir que no pueda para alguna foto casual, todo sea dicho.

Modo auto de noche con detalles

La cámara frontal responde bien con el modo retrato, pero el recorte realizado para el bokeh se equivoca en partes más complicadas como accesorios o el pelo. Por otro lado, sus escasos 5 megapíxeles lastran bastante la calidad. Sí debo decir que la estética que le da ese balance de blancos me ha gustado mucho. Y en el detalle, pues bueno, con bastante ruido por la baja resolución.

Modo retrato con detalles

Realme C71, la opinión y nota de Xataka

El Realme C71 es un móvil de extremos y una propuesta sencilla. Renuncia sin complejos a una pantalla de calidad y a un rendimiento fluido para apostarlo todo a una única carta: la autonomía. Por un precio de apenas 150 euros, es difícil dejar de recomendarlo, sobre todo, teniendo en cuenta que aguanta tanto tiempo lejos del enchufe. Para ello, hay que pagar un peaje en la experiencia multimedia y pequeñas concesiones en otros apartados.

En mi experiencia, la batería de este móvil es sencillamente espectacular, llegando a durar varios días con un uso moderado. Sin embargo, esa tranquilidad tiene un coste claro en el día a día: un procesador que sufre con varias apps abiertas y un software lleno de bloatware. Es el móvil ideal para quien solo busca olvidarse del cargador para tareas básicas, pero se queda muy corto para quien quiera jugar o disfrutar de una buena pantalla. Aun así, por este precio, como móvil para adolescentes o como teléfono de emergencia, no está nada mal.

6,2

Diseño
6
Pantalla
5,5
Rendimiento
5,5
Cámara
6
Software
6
Batería
8

A favor

Mastodóntica batería
Un software aligerado para un hardware modesto
Diseño llamativo y buena construcción

En contra

Un único altavoz con poco empaque
Procesador muy limitado
A este Realme UI le falta pulido

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Realme. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas y cómo hacemos estas reviews.

En Xataka | Realme comenzó como submarca de OPPO. Ahora hace teléfonos que poco tienen que envidiarle


La noticia

Realme C71, análisis: si la gama de entrada es así, bienvenida sea. No me importa renunciar a todo lo demás

fue publicada originalmente en

Xataka

por
Pepu Ricca

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